9 cosas que debes saber sobre el desayuno y que nadie te ha contado antes
Estamos hartos de oír que el desayuno es la comida más importante del día... y es verdad. Todos sabemos que el desayuno activa el metabolismo y nos aporta la energía necesaria para realizar las tareas de la mañana. Además, quienes desayunan consiguen un mayor rendimiento físico e intelectual. Son muchas las ventajas que ofrece esta comida y aun así hay muchos que deciden salir de casa cada mañana sin hacerla.
La pereza, las prisas o la falta de apetito pueden ser algunas de las razones que nos llevan a no dedicarle tiempo al desayuno. Para resistirnos a esa mala costumbre deberíamos saber, al menos, estas 9 cosas:
1. El desayuno te delata.
Saltártelo es algo así como una forma de reflejar tu desorden nutritivo, igual que hacerlo suele estar relacionado con gente que lleva una dieta mucho más equilibrada y ordenada. Darle a tu hijo una bolsa con un zumo y galletas para comer de camino al cole es todavía peor. "Es un reflejo de lo que ocurre en casa durante el resto del día y una demostración de que los padres no llevan un orden en la alimentación", explica Albert Lecube, coordinador del Grupo de Obesidad de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN).
2. Desayunar ayuda a prevenir la obesidad.
Quienes desayunan llegan a la hora de comer con menos hambre y suelen picotear menos durante la mañana. La nutricionista Vanessa León, miembro de Addinma (Asociación de Dietistas Nutricionistas de Madrid), explica que "es más probable perder peso si se desayuna y se realiza un mayor número de comidas pequeñas que si no se desayuna y luego se ingiere el mismo número de calorías totales pero solo en 2 o 3 ingestas".
3. Hay que variarlo.
No se trata de hacer horario semanal y siempre estar comiendo pollo los miércoles o ensalada los jueves, pero hay que evitar la rutina. "Igual que no comes o cenas todos los días lo mismo, tu desayuno también debería ser variado", explica Vanessa León. Ésta es la forma de obtener distintos tipos de nutrientes: no es lo mismo tomarse un zumo de naranja que comerse un kiwi, ni tampoco es igual yogurt con cereales que un café con leche y tostadas.
4. Hay que dedicarle entre 20 y 30 minutos.
Desayunar no es tomar un café y salir corriendo por la puerta de casa, hay que invertir tiempo como lo hacemos en las otras comidas del día. Giuseppe Russolillo, presidente de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas (AED-N), insiste en que se necesita planificación: "levantarse con tiempo, prepararlo y hacerlo con tranquilidad". Algo así como media hora diaria.
5. Se puede dividir en dos tomas.
Debe ser el 25% de la ingesta diaria de calorías, pero no es necesario tomarlas todas de golpe. Se puede hacer en dos fases. La primera se haría en casa y luego un tentempié a media mañana para completar, sin que esta última suponga más del 10% de la energía diaria.
6. Levantarse sin hambre se puede arreglar.
La excusa de que no desayunas antes de salir de casa porque te levantas sin hambre no vale. Eso se puede corregir. Muchas veces esto ocurre porque cenamos mucho y muy tarde, además le añadimos que justo al termianr nos vamos a la cama. Levantarse con tiempo para estimular el apetito también es importante, así como tomárselo con calma.
7. Reduce el estado de estrés y mal humor.
Tras 8 o 10 horas sin comer, nuestro organismo sufre un déficit de glucosa –nuestro principal combustible– por lo que al no desayunar le obligamos a quemar otras reservas energéticas, lo que causa alteraciones en el organismo. Éstas producirían decaimiento, falta de concentración y mal humor. Quizá no lo notes, pero las personas de alrededor pueden notar que no has desayunado solo con tu humor.
8. Los dulces están permitidos, pero mejor durante el fin de semana.
"El sábado y domingo es cuando podemos aprovechar para hacer algunos excesos y tomar algunos alimentos más calóricos sin olvidarnos de que también es el momento para hacer más deporte", apunta Russolillo. No hay ningún alimento prohibido a primera hora de la mañana aunque deberíamos ser comedidos y tratarlos como caprichos. El desayuno diario debería estar compuesto por frutas, lácteos, cereales (mejor integrales) y una grasa complementaria. El preferible es el aceite de oliva aunque no pasa nada si lo alternamos con mantequilla o margarina.
9. Hay que aprender desde niños.
Primero porque sin desayuno baja el rendimiento escolar y después porque los niños que desayunan habitualmente con sus padres tienen más probabilidades de continuar con este hábito en su etapa adulta.
Calle 15 de septiembre #109 B, Zona Centro, León, Mexico
L-V: 8am - 8pm / Sáb: 9am - 6pm / Cerrado los domingos